La ética profesional está íntimamente relacionada con los
actos y conductas de tipo moral establecidos por la sociedad en que nos
desarrollamos y que sustentan lo que se denomina buenas costumbres y actos que
determinan que un hecho sea socialmente aceptado o rechazado y no conduzcan a
provocar males de ningún tipo o índole a cualquier individuo en particular
dentro de la sociedad en que se mueve; para un mejor ejercicio de la ética
profesional es necesario establecer un código de ética, el cual contiene fundamentos
y conductas que ayudarán al profesional en el desempeño de sus labores diarias.
Todo profesional debe ser capaz de exhibir actitudes regidas
por valores tales como:
·
Profesionalismo
·
Sentido de pertenencia
·
Honestidad
·
Responsabilidad
·
Sensibilidad
·
Cortesía
·
Pulcritud
·
Educación
Un profesional siempre respetará el trabajo y la
independencia de otros profesionales y exigirá que otras profesiones no asuman
lo que a él le corresponde. Buscará los medios apropiados para la colaboración
interdisciplinaria en beneficio de la persona.
La ética profesional es aplicable perfectamente a cualquier actividad
profesional, por lo que en la siguiente entrada se propone la aplicación de la ética en
la actividad gastronómica o en la prestación de cualquier tipo de servicios.
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